A Cristina, por la idea.
Despierto. Hemos estado toda la tarde en el sol, tiradas en el techo sin nada que hacer. Se oyen los aviones cada cierto tiempo, subiendo y bajando. Eso me arrulló hace un rato. Los perros que se acercaron en la mañana duermen ahora junto a la reja esperando algo de comida. Comida... el chorizo estuvo rico. Se nos quemó por estar platicando, pero no nos importó. Tortillas de mano, pico de gallo, champiñones, jugo de uva. Me faltó agua simple. Tengo sed. Nos trajimos el café con leche acá arriba, pero se enfrió muy rápido. Maldito clima. A cada rato tengo que moverme para que me toque el sol. El cielo está limpio, azulísimo. No hay ni una nube para jugar a las adivinanzas. Acabo de ver que una de mis botas tiene una costura abierta. Mis botas... Las compré justo hace un año, para irme de viaje. El viaje. Hace tanto de eso. ¿Qué haré esta vez? No tengo trabajo, se acabó la escuela. El tiempo pasa sin respuestas. Me siento incómoda, molesta. Un día se va después de otro y yo no hago nada. Pero, ¿nada de qué? ¿Qué quieren los demás que haga? No, esa es fácil. ¿Qué quiero yo hacer? No sé. ¿Entonces? El sol me calienta otra vez. Mejor me vuelvo a dormir.
2 comentarios:
Me pregunto qué habrías adivinado de haber habido nubes. ¿Tal vez te hubieras puesto como Linus?
Besto enorme. Volverte a dormir fue la mejor opción.
No creo, las demás me hubieran agarrado a almohadazos (:
Beso de vuelta.
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