Fue otra etapa de locura. Tenía el tiempo contado para lograr mi conexión en la frontera y poder hacer el viaje entre Tarija y Salta, cruzando por Bermejo del lado boliviano y Orán en el argentino. Los funcionarios argentinos de aduana y migración se tomaron todo el tiempo del mundo en curioseando mi pasaporte, preguntándome por el clima en el D.F. y revisando mi mochila. Además la terminal de autobuses queda a 58 kilómetros del puente fronterizo. Si añadimos que Argentina va una hora adelante se entiende perfectamente porqué perdí mi camión.
Pero hoy eso no me pasará. Saldré de aquí a las 5:30 de la tarde y mañana a las 9 ya estaré en la frontera con el Paraguay. Las cataratas de Iguazú esperan por mí.
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