El niño está hincado sobre una silla comiendo espagueti de un plato enorme. Su madre está cortando calabazas para la cena.
- Oye mamá.
- Mmmh...
- ¿Por qué tengo los mismos apellidos que tú?
Ella, sin levantar la vista, le contesta.
- Ya lo te lo he dicho, porque te tuve yo sola.
El niño se impacienta.
- Siiiií, ¿pero por qué me tuviste tu solaaaaa?
- Porque un día desperté, me dí cuenta que quería un hijo y que no había nadie alrededor con quien quisiera tenerlo. Y las mujeres, a diferencia de los hombres, no necesitamos tener una pareja, un esposo o un novio para tener un hijo. - Ella le guiña un ojo. - Así que fui, me embaracé de ti y aquí estás.
El niño deja de comer, sorprendido.
- ¿No tenías novio, mamá? Pero si tú eres muy bonita.
Ella se ríe de buena gana.
- No, corazón, no tenía novio. Ni ganas de buscar uno. Te quería a ti y nada más. Por eso te tuve yo sola.
El niño inclina la cabeza conforme y sigue comiendo su enorme plato de espagueti.
Ella deja el cuchillo, se recarga sobre los codos, pone su mentón sobre una mano y lo mira pensativa un rato. Luego le pregunta:
- ¿Te molesta? ¿Te hubiera gustado tener un papá como lo tienen los demás?
El niño sonríe mientras mete otra vez el tenedor al plato. Tiene la cara llena de salsa.
- No. Me gusta vivir contigo y con el gato, aunque ya esté viejito. Así yo también te tengo para mi solito.
Su madre le devuelve la sonrisa, le mesa los cabellos y continúa haciendo la cena. Quedan en silencio por un rato.
- Mmmh... Pero, ¿sabes qué, mamá? Me hubiera gustado ser niña.
- ¿Y eso? ¿Por qué?
- Porque si un día quiero un hijo para mí solo, no lo voy a poder tener.
domingo, agosto 05, 2007
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3 comentarios:
¡¡Me encantó este blog!! Me pregunto si algún día tomaré el papel de la protagonista.
Te quiero horrores.
Uno nunca sabe, Peque. Uno nunca sabe...
Te adoro.
Ahora me explico por qué sigo solo...
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