Mis padres querían que yo naciera en mayo, pero, como a mí me gusta el frío, llegué en enero. Me aburrí desde el kinder hasta la preparatoria y no porque fueran fáciles (que lo fueron, no lo voy a negar), sino porque nunca tuve muchos amigos. Hice la carrera de matemáticas y tengo una maestría en economía; ahora estudio estadística convencida de que nada de esto me será útil en la vida. He vivido casada, divorciada, en amasiato y soltera (en estricto orden) esperando pacientemente el día en que sentiré el trueno. Escribo para no llorar, disfruto caminar con las manos en los bolsillos, leo poco y sin tiento, amo los días de lluvia, estoy decidida a que nadie me escuche tocando el violín y viajo con el único propósito de saber dónde estoy. Y todo porque, a final de cuentas, lo que mi mamá parió fue una niña solitaria.
6 comentarios:
¿De qué?
¿Sabes? Yo también tengo miedo aunque intente ocultármelo a mi misma. Te quiero!
De llorar como antes. De llorar como siempre.
te quiero :)
roger
Yo también te quiero :)
Pero no dejes que el miedo te limite, mi querida amiga. Sea cual sea la decisión que tomes, procura que no esté influenciada por el miedo.
Cuídate mucho, te mando un abrazote desde estas lejanas tierras.
No, el miedo ya no me limita, solo me acecha.
Besos.
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