Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pornunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro leguaje lateral y subersivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: “qué calor hace”, “dame agua”, “¿sabes manejar?”, “se hizo de noche”... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho “ya es tarde”, y tú sabías que decía “te quiero”.)
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.Jaime Sabines
Es tan raro encontrar en esta vida a quién amar que debiéramos siempre aferrarnos a ellos. No importa si nos llevan veinte años, si son de nuestro mismo sexo, si viven en otro continente, si tienen su vida tan hecha como nosotros. Pero la gente siempre huye. Les asusta tanto amar y que los amen... Casi todos piensan que el amor es una amenaza o una promesa. Lo ven como una cadena, una carga. Pero el amor es tan simple que no necesita nada, sólo dejarlo salir. De lo contrario el amor se enmohece, se pudre, te come por dentro y no te deja vivir.
2 comentarios:
(Agrego a mi experiencia: sin importar si a veces nos quieren y otras no, si les da miedo, si nos lastiman a veces, si son reee-tontos.) Me encantó tu frase: "Les asusta tanto amar y que los amen..."
En general me encantó el blog y de por sí amo a Sabines, este poema, como escribes y -por supuesto- a tí.
Justo en este momento la escucho en su voz. Algún día nos recibirá en el cielo con esa bella, tierna y dulce voz.
Tengo que contarte los últimos episodios de mis aventuras, realmente pareciera que estoy en un manicomio.
"Te conozco, estás siempre a mi lado más que yo mismo.
¿Qué puedo darte sino el cielo?" (Otra Carta)
Te quiero mucho, mucho.
Con una semana para cada una basta, peque.
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