Oye, me avisas si lo que te pensaste para hoy se hizo realidad.
Y por cierto, no todo lo que escribo es verdad, lo digo por mi último blog. En realidad creo que sigo pensando en el miércoles, pero también quiero pensar que pienso lo que dije que pensaba...
Mis padres querían que yo naciera en mayo, pero, como a mí me gusta el frío, llegué en enero. Me aburrí desde el kinder hasta la preparatoria y no porque fueran fáciles (que lo fueron, no lo voy a negar), sino porque nunca tuve muchos amigos. Hice la carrera de matemáticas y tengo una maestría en economía; ahora estudio estadística convencida de que nada de esto me será útil en la vida. He vivido casada, divorciada, en amasiato y soltera (en estricto orden) esperando pacientemente el día en que sentiré el trueno. Escribo para no llorar, disfruto caminar con las manos en los bolsillos, leo poco y sin tiento, amo los días de lluvia, estoy decidida a que nadie me escuche tocando el violín y viajo con el único propósito de saber dónde estoy. Y todo porque, a final de cuentas, lo que mi mamá parió fue una niña solitaria.
4 comentarios:
Que bueno!
Me hace muy feliz que estés sonriendo. Yo no estoy del todo feliz, pero hoy sonreiré por ti.
Son reee-tontos.
Te quiero Libicocco!
¿A poco para sonreir hay que buscar un motivo?
Yo me la paso sonriendo todos los días en Vancouver, haga lluvia o salga el sol. Si además pudiera ligar con alguna chica la vida sería perfecta...
Oye, me avisas si lo que te pensaste para hoy se hizo realidad.
Y por cierto, no todo lo que escribo es verdad, lo digo por mi último blog. En realidad creo que sigo pensando en el miércoles, pero también quiero pensar que pienso lo que dije que pensaba...
Te quiero montones y montones.
Grace: Ya sabes cómo acabó todo. Sigo pensando...
V: No, no se necesita un motivo. Me alegra que ahora me sobrepongo también a los motivos para llorar.
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