Necesito detenerme y pensarlo un poco. Es que mi administración del tiempo es en serio desastrosa. Veo cómo cada día se me escurre de las manos, como las horas pasan y se van prácticamente en vano. Casi extraño tener que cumplir con los horarios de la chamba (!¡). Creo que el principal problema es aún no he creado puntos de referencia. Antes era más fácil porque sabía que tenía que trabajar de 9 a 6, que los sábados y domingos eran para descansar y que las noches eran como cajitas donde poner los misceláneos. Ahora simplemente no sé. Mis fines de semana se han alargado y se desdibujaron sus funciones; pierdo el dinamismo anterior de las noches al saber que puedo alargarlas sin problemas (sí, cómo no); pero lo peor son las mañanas, ¡¿dónde están?!
Además el ocio me hace sentir culpable. No puedo simplemente sentarme y leer. Cuando lo hago en el metro no hay conflicto porque no hay más nada que hacer. Es más, me da la satisfacción adicional de saber que hago dos cosas a la vez: viajar y leer. Con mis obligaciones no me comporto mejor: hoy terminé la tarea de Metodología al cuarto para la hora.
Lo dicho, creo que todo es falta de referentes. Espero crearlos pronto y dedicarme a cuestiones menos pavotas, pero que conserven la simplicidad de los clásicos. Por lo pronto, hoy me iré a dormir temprano.
lunes, septiembre 04, 2006
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