viernes, septiembre 07, 2007

Itacate

Abrí la bolsa con antojo. Mi tía siempre me pone algo rico cuando la voy a visitar: un poco de guisado, un pan dulce, alguna fruta rica. Lo aparto con gusto para algún día que considero especial en la semana. Cuando me lo como puedo seguir sintiendo cómo me quiere. Esas cosas sencillas que salen de sus manos me dan calor los días en que estoy sola.

Pero hoy fue distinto. En la bolsa encontré un frasco de mermelada, una bolsa de sopa, un cepillo de dientes, un paquete de servilletas... y me eché a llorar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me rompiste el corazón.

Carolina R.

Grimalkin dijo...

Me da un gusto enorme que estés aquí, Carolina.

Un beso.