A casi un año de haber empezado mis lecciones de violín, él y yo estrenamos un juego de cuerdas esta mañana. Es usado, el cuate que me da lecciones acaba de comprarse unas y me dejó las que usaba anteriormente. Hace mucho me hacían falta, en principio porque mi cuerda sol ni servía. Miré ansiosa cómo sacaba las cuerdas anteriores y enredaba las nuevas en las clavijas. Afinó el instrumento con mayor facilidad. Cuando lo tuve entre mis manos sentí una diferencia abismal. El sonido es más nítido y firme, contundente.
Es una delicia.
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2 comentarios:
Es una pena que no nos dejarás escucharte tocarlo. Sin embargo, es igual de gratificante que tú seas feliz al escucharlo.
Te quiero moltìssimo!
Y yo a ti, piccola.
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