miércoles, enero 30, 2008

En casa

Recién hoy me recupero por completo de una laringitis que me tuvo en cama desde el sábado. A diferencia de otras ocasiones decidí no hacerme la valiente y me fui a casa de mis tíos. Son como el sol. Me llevaron al doctor, me cuidaron, me alimentaron y estuvieron al pendiente de mí en todo momento.

Ahora que voy a dormir los busco para decir "buenas noches" y no encuentro sino al gato, que no me contesta ni me da beso. Es extraña esta sensación. Más si considero que anoche yo estaba arañando las paredes deseando volver a ésta, mi soledad cotidiana.

Es natural, supongo, acostumbrarse a los demás cuando te quieren tanto. Espero que ellos también me extrañen, porque los adoro.

martes, enero 29, 2008

Advertencia

Piénsalo dos veces: ahora muerdo.

lunes, enero 21, 2008

It's so simple

- How the things are going?
- Much much better.

sábado, enero 19, 2008

Anuncios

  • Hace unos días recibí la invitación para escribir en Había una vez... algunas mujeres. A ver qué sale de este sitio colectivo en el que me alejo más de dos desviaciones estándar de la edad del resto de la población.
  • También me complace comunicar que Darky ha sido tocado por el lado brillante de la fuerza y abierto un blog.
  • Finalmente damos las gracias a Die Verwandlung por el link hacia acá.

Ahora me voy, que debo curarme unos moretones que me hice yo solita esta tarde por andar brincando feliz como conejo. Adiós.

viernes, enero 18, 2008

jueves, enero 17, 2008

La lista del 2007

Tengo que admitir que es más pobre que la del 2006, pero ya no hay remedio. Aunque no he empezado la lista de este año (no he terminado de leer nada, pues), me propongo compilar la de películas también. Ya veremos como quedan.

1. Escuela de Robinsones de Julio Verne
2. Tokio Blues de Haruki Murakami
3. Las aventuras del capitán Alatriste de Pérez-Reverté
4. Olvida usted su equipaje de Jorge Ibargüengoitia
5. La señorita de Tacna de Mario Vargas Llosa
6. Utopía de Tomás Moro
7. La brevedad de Augusto Monterroso
8. El príncipe de Nicolás Maquiavelo
9. El corazón de la tinieblas de Joseph Conrad
10. Dejemos hablar al viento de Juan Carlos Onetti
11. El jugador de Fedor Dostoievski
12. Moderato Cantabile de Marguerite Duras
13. Fuente Ovejuna de Félix Lope de Vega y Carpio
14. El tío Petros y la conjetura de Goldbach de Apóstolos Doxiadis
15. Jucios Sumarios I de Rosario Castellanos
16. Miguel López de Legazpi de Francisco de Icaza Dufour
17. La Perla de John Steinbeck
18. Cuentos maravillosos de Hans Christian Andersen
19. La dama de las camelias de Alejandro Dumas hijo
20. Capitanes intrépidos de Rudyar Kipling
21. Viaje al centro de la tierra de Julio Verne
22. El bordo de Sergio Galindo

miércoles, enero 16, 2008

¡Revolución!

El Mounstruo de Espagueti Volador podrá estar en el cielo (porque a veces lo traemos en el estómago), pero en la tierra seguiremos al gran líder, Camarada Miau.

¡Obedece al gato, ya!

martes, enero 15, 2008

Lo siento

No tengo ganas de escribir desde hace unos días. Los textos pasan por mi mente pero no vengo a publicarlos. Ahora mismo quisiera estar en otro sitio y no aquí, frente a la computadora. Ayer me quedé como conejito lampareado en una entrevista de trabajo. Hoy solo puedo pensar en la ropa que me falta por lavar.

Hay una historia dándome vueltas en la cabeza. Tengo personajes, inicio, diálogos, algunos conflictos, pero no un final. No puedo empezar a escribir así, sin saber a dónde voy. Quizá debiera. Escucho Atascatto y se la recomiendo a mi hermano. Es extraño. Históricamente la música ha fluido de él hacia mí. Estamos cambiando.

¿Cuánto cuesta el Prozac en estos días? No lo sé, pero mañana ya es miércoles.

lunes, enero 14, 2008

Entrevista

- Y dígame, ¿cómo se ve en cinco años?

- ¿En cinco años? En cinco años me veo caminando con alguien, tomados de la mano. Me veo acompasando nuestra respiración para conciliar el sueño. Me veo pensando en él cada mañana antes de abrir los ojos, feliz de encontrarlo ahí, conmigo. Me veo teniendo un hijo suyo, un varón. No sé si en cinco años se trate de un niño que esté aprendiendo a caminar o apenas de un bebé, pero eso no importa. Igual será su hijo. Me veo como la parte central de la vida de ese hombre, la que le da apoyo, fuerza, confianza. Me veo preguntándole cómo le fue en el trabajo, planeando un fin de semana juntos o haciendo el presupuesto de nuestra casa. Me veo entre sus brazos al llorar y reflejada en sus ojos al reír. Me veo extrañándolo si se va de viaje, regañándolo si olvida algo de la despensa o cuidándolo si enferma. Así me veo en cinco años, amando a alguien que me ama.

- Señorita, le pregunté cómo se ve a sí misma dentro de cinco años.

- ¿Uh?

domingo, enero 06, 2008

Así estuvo la fiesta

Increíble. Es lo primero que se me ocurre. Me divertí montones, comí delicioso, recibí regalos geniales y me la pasé como nunca. Todos le pusieron muchísima onda a sus adornos para la cabeza: hubo coronas, tiaras, sombreros, orejas de varios tipos y las excentricidades propias de la ocasión.

Fueron más de 9 horas de pachanga. La sala estuvo a reventar casi todo el tiempo, con gente bromeando y pasándola bien. El pozole y las cigüeñas pusieron el ambiente. Después vino la piñata. Buena parte del contenido me golpeó en la cabeza cuando trataba de calcular qué porcentaje de los dulces obtenidos en piñatas previas de esta temporada ya me había comido, para decidir así si agarraba más o no. Los demás lucían menos reflexivos. Andaban por el piso acumulando botín y buscando a los luchadores de plástico, por aquello de que traían torta bajo el brazo. Luego partimos el pastel, que estuvo riqísimo. Era de tres leches con relleno de fresas y lo complementamos con mouse de chocolate. Ñam. De ahí nos seguimos platicando y ya tarde la gente se empezó a despedir.

En la fiesta hubo varias ausencias. La primera y más importante la de mi hermano y su familia. Por cuestiones de trabajo no pudieron darse la vuelta desde Xalapa, ni modo. Hubo amigos que se disculparon de antemano y que ya veré en otra ocasión. Algunos más dijeron que vendrían y al final no aparecieron; espero que ningún problema grave les haya impedido venir. Pese a todo, quedé muy feliz con el festejo y sinceramente agradecida con todos los que me acompañaron en él.

De verdad mil gracias a cada uno de ustedes, hicieron de este día algo muy especial.

sábado, enero 05, 2008

Reporte pre-festejo

Ya es muy tarde, acabo de llegar de otro cumpleaños. Estoy medio molida por todas las vueltas que hemos dado. Al centro por una olla, al mercado por la carne, a la tienda por complementos. Mi mamá ya puso manos a la obra. Hasta aquí empieza a llegar el olor a pozole.

Me costó trabajo, pero ya tengo lo que van a regalar los 12 luchadores de plástico que eché en mi piñata. A ver quién se los lleva. También están listos los paneles que van a decorar la sala. El arquitecto y yo estuvimos chambeando en ellos hasta las 3 de la mañana de ayer. Ahora solo falta montarlos.

No he hecho el mouse, ni el agua de horchata. Hay grandes cantidades de verduras por picar. La sala no está nada presentable; el piso está lleno de bolsas de mandado, los sillones fuera de su lugar y la mesa atiborradas de chuchería y media. A la cocina no me he querido asomar. El piso de arriba también parece un campo de batalla. Sería bueno que me durmiera. Pero sería mejor que me apurara, apagara la computadora para guardarla y desocupara esta mesa para tener más espacio dónde comer mañana. Mmmh... sí, comer. Ya me dió hambre, toda la casa huele delicioso.

Ya me voy. Ojalá mi mamá me deja probar aunque sea el caldito.

jueves, enero 03, 2008

Premios, menciones, ¡viva!

Perfecto, este diciembre le gané a Green Day. ¡Yay!

También me latió el link honorífico del Conejo Blanco. Siempre es agradable que haya quien opine que no soy complicada ;)

miércoles, enero 02, 2008

30, al fin

Llevo mucho tiempo pensando en este día. La última vez que pensé tanto en uno de mis cumpleaños fue cuando estaba por cumplir 10. Me impresionaba bastante la idea de añadir un dígito a mi edad. Un dígito... No es cualquier cosa.

No sé qué me pasó esta vez, pero llevo algunos meses molestando a mi jefa diciéndole "ya mero cumplo 30". Siempre me respondía "pero todavía no, niña" y amagaba con darme un coscorrón. Pero ya los cumplí y no ocurrió nada. Solo me siento como un avión caza, volando entre las nubes a toda velocidad, cayendo de repente en picada, levantando la nariz en el último momento y yendo hacia las nubes otra vez.

Qué bonito. Viviré los siguientes 30 años así.

martes, enero 01, 2008

¿2008?

Muero de frío. De veras muero de frío. De niña no me gustaba el año nuevo porque me equivocaba al escribir la fecha hasta por ahí de febrero. Sin embargo, si consideramos que olvidé la forma de la "f" en las vacaciones entre segundo y tercero de secundaria, hablamos de pecata minuta.

En mi casa la cena de año nuevo siempre ha sido como la versión de ensayo de la cena de navidad, salvo el orden cronológico, por supuesto. El 24 es en serio, pero el 31 nos conformamos con imprimir en calidad de borrador.

¿Propósitos de año nuevo? Sí, tengo algunos. Nada que valga mucho la pena enunciar. Sólo les diré que van a marearse menos con el orden de los post este año. Aunque es posible que todavía aparezcan algunas cosas del anterior.

Creo que eso es lo que más me gusta ahora del año nuevo. El permiso que nos damos a nosotros mismos de tirar cosas a la basura: propósitos inútiles, manías resecas, ideas gastadas, proyectos empolvados, recuerdos añejos, intentos infructuosos. Solo para el 1 de enero se fomenta masivamente la muy saludable conducta de decir "al demonio con esto". Debiéramos hacerlo más a menudo.

Propongo volver a escombrar el armario mental el 2 de febrero que viene. No me parece mala fecha; la tele asocia de manera indisoluble los momentos de reflexión con la presencia de comida en abundancia. En una de esas acabamos llegando al tao con solo mirar nuestro plato repleto de hojas de tamal vacías.