jueves, mayo 31, 2007

Nobody can argue with me

Eran las 4:30 cuando llegué a la Puerta de los Leones. La luz era un poco molesta, demasiado brillante. Nada se arregla más fácil: echas a caminar por el camellón de Reforma y dejas que los árboles hagan su trabajo. Hay poca gente a estas horas, el tráfico se ve fluido. No tengo prisa, puedo disfrutar cada paso. Recuerdo una fotografía que vi el domingo, tomada en 1931. Un grupo de policías forma figuras geométricas sobre Paseo de la Reforma. La toma está hecha desde una altura respetable. El Castillo está al fondo y hay una pequeñísima palmera detrás de ellos. La imagen es impresionante: hay muchísimos lotes vacíos en el paseo, sólo algunas casas imponentes y el cielo es clarísimo, indistinguible. Supongo que la fotografía fue tomada desde el Ángel. Si eso es cierto, la palma estaba entonces donde ahora está la Diana. Suena extraño, pero la estatua de Cuauhtemoc no tiene una altuar comparable. Así que mi explicación suena plausible. ¿Cómo era todo esto hace 75 años? Hoy que camino por aquí puedo pensar en ello.

Pensar, pensar en lo que yo quiera. Pensar con calma, detenerme un poco. Tener una idea y poder rastrearla, seguirla por diversión, como un ejercicio lúdico. Expandir mis ideas, saborearlas y caminar con ellas. Por ésto lo hice, por 20 minutos como los de hoy me fui a volar.


martes, mayo 29, 2007

Cuzco I

La ciudad de Cuzco es hermosa por donde quiera que se la vea. Sus calles son amplias y la lluvia pertinaz les da un lustre inigualable. Pronto aprendí a andar por el centro, entre las iglesias, las plazas, la estación de trenes. Me gustaba ir de arriba a abajo una y otra vez. Acompañaba mis caminatas nocturnas con un anticucho de res (brocheta de carne asada rematada con una pequeña papa, toda aderezada con una salsa verde nada picosa) que me compraba en la esquina de Márquez y Estrella, cerca de la Plaza de San Francisco y que me costaba un sol. Solía quedarme un rato junto a las brasas para entrar un poco en calor.

Vean un poco de lo que hay en Cuzco y sus alrededores.

lunes, mayo 28, 2007

Rumbo a Perú

En mi viaje había cuatro puntos obligados: Macchu Picchu, las Cataratas de Iguazú, Buenos Aires y Ushuaia. Me moría de ansiedad por visitar las ruinas incas, sobre todo sabiendo lo cerca que están de Bolivia, así que organicé mi salida hacia Perú tan pronto como pude. Por primera y única vez durante la travesía contraté los servicios de una agencia de viajes y el 20 de diciembre por la mañana ya estaba camino a la ciudad de Cuzco.

domingo, mayo 27, 2007

Espero curarme de ti en unos días

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pornunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro leguaje lateral y subersivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: “qué calor hace”, “dame agua”, “¿sabes manejar?”, “se hizo de noche”... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho “ya es tarde”, y tú sabías que decía “te quiero”.)
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.
Jaime Sabines

Es tan raro encontrar en esta vida a quién amar que debiéramos siempre aferrarnos a ellos. No importa si nos llevan veinte años, si son de nuestro mismo sexo, si viven en otro continente, si tienen su vida tan hecha como nosotros. Pero la gente siempre huye. Les asusta tanto amar y que los amen... Casi todos piensan que el amor es una amenaza o una promesa. Lo ven como una cadena, una carga. Pero el amor es tan simple que no necesita nada, sólo dejarlo salir. De lo contrario el amor se enmohece, se pudre, te come por dentro y no te deja vivir.

sábado, mayo 26, 2007

Mueran de envidia

Aprendí a hacer mousse de chocolate. En el refri hay un recipiente con un litro de capacidad lleno casi hasta el tope de semejante manjar solo para mí.

viernes, mayo 25, 2007

Por fin ¡fotos!

Antes de contarles como estuvo el viaje a través de las tan esperadas fotos del mismo, siento la necesidad de ahondar un poco sobre los motivos que me llevaron a hacerlo. ¿Por qué me fui?, ¿por qué decidí hacer un viaje de esta naturaleza? No me digan que esto se le ocurre a cualquiera, que es lo primero que todos pensamos ante la perspectiva de tiempo y dinero en suficiencia, que es la cosa más natural. Honestamente no creo nada de eso, aunque tampoco me siento descubridora del hilo negro. Porque la variedad de deseos que podemos tener es tan vasta que ésta es solo una gota en el océano, por lo que la probabilidad de que dicha gota se nos meta por la nariz es en realidad cero.

Las explicaciones de que los viajes son del gusto de todos, que son buenos en sí mismos o que “ilustran” son insatisfactorias de modo evidente. Porque, aceptémoslo, los viajes pueden ser incómodos. Dos meses durmiendo en una cama que no es la propia puede ser una idea desagradable para más de uno, estar lejos por tanto tiempo de la gente o las cosas que conoces y quieres puede ser insoportable para otros, encontrarte en soledad y únicamente contigo mismo por un período tan largo puede ser motivo de delirio para casi todos. No, no es tan simple dar una respuesta.

Tan es así que ni yo misma sabía porqué lo hacía en el momento de irme. Solo sabía que quería hacerlo. Claro que el atractivo propio de la experiencia idealizada (ver montones de lugares, conocer gente, comer rico, descansar a mis anchas) me parecía motivo suficiente. Pero ahora me doy cuenta que el principal motor detrás de todo era librarme del aburrimiento. No recuerdo con gran detalle las larguísimas vacaciones que tuve cuando estudié la universidad, la idea es demasiada vaga. No sé, por ejemplo, si iba y venía de Cuautla, si iba allá y luego me quedaba aquí o si iba a algún otro lugar. Tampo tengo idea qué hacía en ellas. Lo que sí es claro es la sensación de tedio que inmediatamente les asocio. Las semanas se escurrían lentas y anodinas, todas iguales. Lo que me entretenía un día se volvía insípido al siguiente y la búsqueda de novedades se hacía cada vez más frustrante. Los horas pasaban sin que yo pudiera disfrutar siquiera el extraño placer de que el cerebro se me escurriera por las orejas por el simple hecho de no usarlo. Porque yo no sé estar sin hacer nada, no me gusta hacer cualquier cosa y, para colmo, tampoco sé hacer cosas solo porque sí. r dice que estar conmigo a veces le recuerda a tratar de estar con un grupo de niños pequeños a los que hay que entretener. Y él es un experto en la materia...

Así que la perspectiva de pasar por eso otra vez, ahora que volví a la escuela, me hizo arañar las paredes buscando una salida y esa salida fue este viaje. Podrá parecer un motivo poco romántico, nada caballeresco, pero si éstas son las inspiraciones que me va a dar el aburrimiento, bienvenidas sean.

Una vez con la inquietud sembrada empecé a darle forma. No mucha en realidad. Cada vez que me ponía a buscar en la red sitios interesantes, lugares donde hospedarme o precios de autobuses empezaba a darme vértigo. La cantidad de información a que se tiene acceso es impresionante y la confiabilidad de la misma, apenas media si se la ve con optimismo. Decidí quedarme solo con datos de primera mano: la de personas que habían ido allá o la de quienes viven ahí. Compré los boletos de avión a La Paz, le confirmé a Katty que iría y me senté a esperar el 17 de diciembre. Nada más. Había decidido saltar sin red de protección, abrir brecha sin brújula a la mano, navegar sin instrumentos. Y funcionó. Creo que ese fue el mejor ingrediente de todos.

Me han preguntado otras cosas, ¿por qué a Sudamérica? , ¿por qué viajar sola? Lo primero es combinación de varios factores. Uno muy importante fue el apoyo de Katty, su hospitalidad manifiesta. Desde que le hablé al respecto me ofreció no solo su casa, también me brindó su tiempo y su solidaridad. Me consiguió datos, contactos, información, me dió ánimo en todos los sentidos. Saber que la primera escala del viaje sería con ella me daba la confianza de una toma de contacto suave. Otro factor en mi decisión era el hecho de saber quiénes están a mi alrededor. Quería conocer, aunque fuera de forma mínima, cómo es el conjunto al que pertenezco, hasta dónde se extiende esta tierra que piso. Si no llegar a saber qué es esto que llamamos Latinoamérica, por lo menos ver quiénes viven en ella, qué cielo miran, qué aire respiran, con qué sol se levantan. La segunda pregunta se contesta fácil: porque no le pedí a nadie que fuera conmigo.

Pero basta de cháchara. Ahora viene lo que todos queremos. ¡Fotos!,¡fotos!

jueves, mayo 24, 2007

Nostalgia

Después de mucho tiempo volví a entrar al Auditorio de Ciencias. Cuántos cambios. Ahora se llama Auditorio Alberto Barajas Celis. Cuando yo estudiaba era solo el auditorio. Así, con minúsculas. Tenía unas incómodísimas bancas de madera que soporté durante horas viendo películas los jueves y en los maratones de cine y que eran mi mejor pretexto para no asistir a las asambleas. También era helado ese lugar. Cuando llegábamos al ensayo los sábados por la mañana a veces nos frotábamos las manos, sin importar si era verano allá afuera. Las paredes eran de un rojo oscuro, como ladrillo sucio, y el escenario estaba flanqueado por un par de murales en la mejor tradición sesentera. A la derecha Marx y Lenin nos observavan severos. A la izquierda podíamos ver a los obreros luchando por los derechos del proletariado. Inspirador... El escenario no era grande, por lo mismo era divertido acomodar a 12 actores en la misma escena. Solo teníamos que bajar las mesas, desaparecer las sillas y empujar el piano al rincón. Por su puesto teníamos telón. Era espléndido estar ahí arriba, actuando. Montamos varias obras y dábamos dos funciones en viernes. Al sábado siguiente nos descuartizábamos, consolábamos o nos felicitábamos unos a otros. Por casi cuatro años fui al auditorio casi todos los sábados a los ensayos y casi todos los jueves al cine. También escuché conferencias y conciertos. Nunca olvidaré a mi cuate Carlitos bailando con Aurora y la Academia...

Después me fui alejando, primero del teatro, después de la Fac y por último de Ciudad Universitaria. Pero hoy, voy a la función de medio día del Cine Club Ciencias y me encuentro con paredes color salmón, diría mi abuelita, butacas acojinadas, pantallas planas a los costados del ahora muy reducido escenario y unas políticamente correctas cortinas sobre (espero) los viejos murales. Cuántos cambios, en verdad. Cuántos cambios.

martes, mayo 22, 2007

Deseos

Me lo dijeron un domingo. Lo puse en práctica de imediato, ¿qué podía perder? "Desea algo para tí, deséalo con fuerza y soboréalo como si ya lo hubieras obtenido" me dijeron. Me dormí pensando en las varias cosas que me gustaría tener: más dinero, un vestido nuevo, los ojos lisitos, un regalo.

También deseé que a la mañana siguiente José no me arañara para pedirme su bocado matutino. Lo imaginé muy cerca de mí, a la hora que planeé levantarme, haciéndome cosquillas con los bigotes para así despertar suavemente. Para mi sorpresa, funcionó. Tres minutos después de que sonara el despertador (que en realidad no escuché) abrí los ojos con naturalidad y lo vi ahí paradito, mirándome pacientemente. Empecé el día de lo más feliz.

Decidí elegir algo más ambicioso. Mientras caminaba por la calle seguí practicando con las cosas simples. Ahora pasan los camiones que necesito cuando llego a la esquina. Hasta he tenido que correr para alcanzar algunos que se me adelantan un poco. Mientras, seguí pensando. De pronto vino a mí ese deseo genial, maravilloso de casi imposible. Desde entonces he estado jugando con los detalles en mi mente, como cuando se construye una casa. No solo se piensa en las dimensiones del terreno o el número de habitaciones, también hay que decidir el color del piso y el material de las puertas. Así he estado saboreando mi deseo, mi juguete nuevo.

Una tarde hice una prueba con algo pequeño, para ver que tan irreales son las cosas. Sonreí porque salió muy bien, muy cercano a como yo lo pedí. Ahora sigo deseando con fuerza eso que de verdad quiero. Mientras, mi vida sigue y yo la lleno con todo eso que me hace feliz. Solo que por las noches, antes de conciliar el sueño pienso en mi deseo como si construyera una casa, una casa amplia y soleada donde algún día viviré.

miércoles, mayo 16, 2007

De vuelta

Nadie me escribe ni me llama, me duele la pancita, tengo calor, me acabo de endeudar y, nuevamente, estoy sonriendo como una tonta.

martes, mayo 15, 2007

Chiste de rubias

En serio, esto le puede alegrar el día a cualquiera.

P.D. Si no están de acuerdo, tampoco lean esto, ni esto, mucho menos esto. Es más, pregúntense ¿que hago yo leyendo esto?)

lunes, mayo 14, 2007

Vivir a medias

Supongo que había mejores maneras de decir lo que sentía, otros medios, otras palabras, otros momentos, pero no pude esperar más. Me metí en la cama buscando el consuelo del sueño, pero no lo obtuve. Tuve tiempo para pensar que al resto de mis noches solo las acompañará el ronrroneo sordo del gato. Desperté para descubrir que el amanecer de hoy fue un poco pálido.

Nada importa. Prefiero vivir en soledad que resignarme en compañía. Que la moneda se quede en el aire entonces, no estoy dispuesta a vivir a medias.

viernes, mayo 11, 2007

Casa llena

Mañana celebraremos el cumpleaños de Carmina. Esperamos que la familia en pleno venga a Xalapa a pasar el fin de semana con nosotros. Es posible que 20 personas nos quedemos la noche del sábado en el departamento de mi madre. Dudo que vayamos a conciliar el sueño, pero pronostico mucha diversión y algunos empujones.

Me gustan las grandes fiestas familiares. Hacía tiempo que no vivía una de tan cerca y creo que ya las extrañaba. Es la segunda que se hace en tierras veracruzanas y ojalá no sea la última.

jueves, mayo 10, 2007

Propósito

Los días mejoraron bastante desde que volví a ocuparme. No puedo ponerle freno a mi mente a través de ella misma, pero si mi cuerpo y mi espíritu están movimiento puedo controlar esa tempestad interior. Ahora debo tratar de ser honesta y congruente. Solo así podré sonreir todas las mañanas.

P.D. La Fundación Carolina dice que lo está pensando. ¿Dónde celebraré mi siguiente cumpleaños?

martes, mayo 08, 2007

Despedida

El amor eterno dura poco.
Giuseppe Tomasi di Lampedusa

La primera vez que me enamoré apenas me di cuenta. Imagino que fue porque estuvimos juntos cuando yo era una niña. Comprendí todo una tarde ya siendo adulta, sentada en la butaca de un cine viendo los cortos antes de una película cualquiera. Después de muchos años separados, lloré ante la sola insinuación de su presencia.

Estar enamorado sirve para arrostrar el paso de los años. Sonríes sin motivo, fantaseas con los recuerdos, saboreas cada momento juntos. Tu memoria almacena hasta el más mínimo detalle. Tu corazón palpita a la menor provocación. Te vuelves tolerante ante los defectos, suavizas los errores, las incongruencias no se toman en cuenta.

Pero esa sosobra, esa expectación, ese escalofrío que te recorre el cuerpo también acaba. Aunque siempre queda un dulce recuerdo.

miércoles, mayo 02, 2007