domingo, diciembre 31, 2006

La última noche del año

Esfuerzo, constancia, paciencia.
Delicadeza, alegría, pasión.

Un abrazo para todos. Los quiero mucho.

sábado, diciembre 30, 2006

Potosí

Acabo de regresar de allá. Bajé a una mina verdadera, activa, en las condiciones en las que los mineros de hoy lo hacen. (No exactamente, no tuve que cargar un costal con 55 kilos de piedra.) Fue sobrecogedor. La estrechez de los pasadisos, el intenso calor, el polvo que lo cubre todo. Estuve a un paso de sentir claustrofobia.

Las condiciones de trabajo son aterradoras, la esperanza de vida de los mineros, cortísima. Las cooperativas son solo una pantalla, no hay seguros ni pensiones. La única maquinaria disponible es la que ellos mismos puedan construir. Mastican hojas de coca para soportar jornadas de hasta 12 horas de trabajo sin comer y bajan con apenas un litro de agua. Lo consideran una lotería porque el mineral es de quien lo encuentre. Llegan hasta a matar por la posesión de una veta.

El guía llevó con nosotros a sus dos hermanas, de 10 y 13 años. Quiere que aprendan el recorrido y estudien otros idiomas para que puedan ganarse la vida de manera diferente a la de sus padres. Espero lo consigan, pero ojalá hubiera aun otra manera.

viernes, diciembre 29, 2006

Sucre

Llegué a las 7 de la mañana y aún no estoy completamente segura de mi siguiente estación. Lo que me preocupa un poco en este momento es la imposibilidad de encontrar transporte el 1 de enero. La pregunta a responder ahora es ¿en qué punto voy a pasar ese día entero? Podría estar aquí, en Potosí o en Uyuni. Definitivamente no me da tiempo ir hasta Tarija.

Lo que debo quitarme de encima es esta sensación de carrera contra reloj, de persecución. Anoche en la carretera sentía que tenía el tiempo encima, que solo debía llegar aquí y salir de inmediato hacia el siguiente lugar. ¿Por qué?

Sucre es bonito. Blanco y tranquilo. Ya comí salteñas y me dirijo a ver huellas de dinosaurios. Si me encuentro con el Presidente Constitucional, lo saludaré de parte de todos ustedes.

martes, diciembre 26, 2006

Navidad

El 25 amaneció mejor de lo esperado. Dice mi mamá que siempre llueve en Navidad y fue cierto, pero las primeras horas del día estuvieron soleadas. No quise hacer mucho. Cuzco estaba en absoluta calma y decidí hacer juego con el ambiente de la ciudad. Caminé por los distintos barrios hasta bien entrada la tarde y después me puse a mirar fotografías, tanto las que he tomado como las que traje de casa.

Me miro y tardo en reconocerme. ?Quién es ella? ?Por qué sonríe? En días como ayer caigo en la cuenta de lo poco que en realidad sé de mí y pese a todo siento esperanza. Ya estoy dibujando mis límites, estableciendo mis fronteras. Este es también un viaje hacia mi interior

domingo, diciembre 24, 2006

¡Ganó el Cienciano!

El estadio estaba abarrotado y nos divertimos mucho. Yo estoy ronca de tanto reclamarle al árbitro el gol que nos anularon. No había demasiado ambiente en el estadio por la hora del partido. Al medio tiempo granizó y mucha gente se fue. Yo me quedé hasta el final, esperando que cayera otro gol. No llegó, ni modo.

Ah, también fui a Machu Pichu. ;)

P.D. Son las 2:20 de la mañana. Creo que mis prioridades (y otras cosas) están un poco desacomodadas a estas horas.

jueves, diciembre 21, 2006

Cuzco

Llegué a la ciudad hace unas dos horas y es increible. El centro es maravilloso y sus iglesias y edificios no le piden nada a ninguna ciudad colonial que yo conozca. Podrán alegar que no he viajado mucho, pero si la Ciudad de México no les parece parámetro suficiente, son unos malinchistas exagerados. Como voy a estar dos noches más aquí (quizá hasta Nochebuena) continuaré mi recorrido mañana. Ahorita estoy cansada por el viaje desde Puno (10 horas) y me muero de frío.

Pasado mañana estaré en Machu Pichu, como lo había planeado.
Ya les iré contando.

miércoles, diciembre 20, 2006

Ya estoy en Perú

Es cierto lo que casi todo mundo me dijo: En Puno no hay nada que ver. Su chiste consiste en estar a medio camino entre La Paz y Cuzco, pero hasta el momento no acuso pérdidas. Después de tantas horas en camión estoy feliz de pisar tierra.

Hasta el momento no he hablado con mucha gente ni experimentado demasiado con la comida, pero recién estoy empezando. Si me doy tiempo para estas líneas es porque el internet es gratis (como el de la mañana) y porque gané una hora con el cambio de horario. Ahora son las 4:15, pero con la hora boliviana serían las 5:15. En México apenas van regresando de comer porque son las 3:15.

Ya veremos qué sigue.

Bolivia

El viaje ha iniciado increible. Katty y Horacio se han portado de maravilla conmigo. En 15 minutos salgo con rumbo al Perú y el sábado a más tardar ya estaré en tierras argentinas. Esta etapa ha sido linda y bastante cómoda. No sé cómo serán las siguientes pero estoy feliz con la incertidumbre.

Comenten, por favor. No se olviden de mí.

viernes, diciembre 15, 2006

Va por ti

La cuestión de los textos de viaje a quedado saldada de manera natural. Revisando el librerito encontré No me preguntes cómo pasa el tiempo de José Emilio Pacheco y Nuevo recuento de poemas de Jaime Sabines. Ambos fueron regalos de sendos cumpleaños por parte de mi querido hermano. Aquí, la dedicatoria del último libro, escrita hace ya casi doce años.
No quiero que mi hermana guarde tristezas por no tener palabras con qué llorarlas.
Para fortuna nuestra, tenemos con quienes compartir los buenos ratos, la felicidad.
Pero el dolor, el verdadero dolor, se sufre en una isla; es solitario. Para vivirlo y sobrevivirlo debemos darle una voz, la de nosotros, y un lenguaje, el de los poetas o el de tu propia poesía.
Me permito cooperar.
Hermano, contigo he reido y llorado. Has trazado el camino, marcado el rumbo. En este viaje voy sobre tus pasos y, como siempre, te llevo en el corazón.

miércoles, diciembre 13, 2006

Despedidas

El sábado fue noche de chicas con las pequeñas SS, el martes cené delicioso en casa de mi tío J, hoy veo a mi tío V y a los muchachos. Mañana es el último día del semestre y también vamos a celebrar eso. El viernes pinta movido. El sábado quisiera tener todo listo e irme a bailar sin presiones.

Los días se acaban, el nerviosismo aumenta, la aventura empieza.

domingo, diciembre 10, 2006

Respuesta

¿Por qué no te llamo y te digo que quiero estar contigo? ¿Por qué no me acerco a tí y te doy un gran abrazo mientras te digo que te extraño, que la vida es una mierda sin ti? ¿Por qué paso mis días fingiendo que no te quiero, haciendo como que nada pasó, que nada me importa? ¿Por qué no interrumpí tus malditos silencios con un beso? ¿Por qué dejé que te fueras así, como si nada? ¿Por qué no lucho por ésta, nuestra causa perdida? ¿Por qué dejé que se hiciera tu maldita voluntad?

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Porque te imito.

sábado, diciembre 09, 2006

¡Faltan 7 días!

Es oficial, estoy histérica. Mañana será mi último domingo en estas tierras y siento que todavía me faltan muchas cosas por hacer: comprar algo de ropa para mí y despensa para José, aflojar mis botas nuevas, cambiar la graduación de mis lentes, darle algunas amables indicaciones sobre la casa a Juanito, practicar un poco y tomar mi última clase de violín, irme de farra con los cuates de la especialidad, comprar mi cámara, hacer la mochila, conseguir 10 frascos de leche de magnesia, ir a ver a mis tíos (4 de ellos, por lo menos), echarle una llamada al resto, comprar un regalo, conseguir una calculadora maizoro, averiguar cómo está el clima en La Paz, pasar mis vínculos a mi cuenta de google, decidir qué libros voy a llevar, revisar las fechas de reinscripción al iimas, terminar dos tareas, vaciar el refri, cancelar el servicio de internet, conseguir las direcciones con C.P. de todo el mundo y repartir besos y abrazos a discreción.

Lo dicho, estoy histérica.

Stupid reason

Today, I realize why I'm lonely: I want to show off.

viernes, diciembre 08, 2006

No lo entiendo

El martes me di una vuelta por Filosofía. Mi intención inicial era comerme una de las baguetes que una pareja de novios ponen en bolsitas de papel estraza y cargan en una canasta (riquísimas), pero me dijeron que iban a llegar como 2 horas después. Hambrienta, dejé que mi búsqueda de El hombre ilustrado me llevara al Circuito Escolar. Ahí vi un letrero que decía "Comida vegetariana, 18 pesos". La combinación fue difícil de rechazar, así que entré y pedí mi comida. Mientras me servían mi sopa de frijol, pregúnté:
- ¿Hay un baño por aquí?
- Sí. Por esa puerta, al final del pasillo.
Crucé la puerta en cuestión y me quedé de una pieza: estaba dentro del Che Guevara. Obscuro, derruido, abandonado.

Pueden alegar lo que quieran, pero no le veo sentido a una lucha cuya estrategia mantiene aislado el espacio que busca defender. Las actividades dentro del auditorio (la última fue hace dos meses) son de un sesgo tan marcado que podríamos decir que sirven a los intereses de unos cuantos. Y en realidad no importa si ese grupo apoya a otras causas o pretende ser incluyente. Sigue siendo una élite.

Tampoco se confundan, mi postura no es maniquea. No estoy diciendo que todas las acciones del movimiento de ocupación deban echarse a la basura o que su ideología no sirve. Para ejemplo, basta decir que comí muy bien, a un precio realmente bajo y en un ambiente amable y proactivo (de autogestión, le llaman). Además simpatizo en general con su línea de pensamiento.

Pero, ¿cómo puedes reivindicar algo volviéndolo un cadáver?

miércoles, diciembre 06, 2006

Have you seen these glasses?


Desperté como casi todos los días: desvelada, con antojo de chococrispis y sin gran idea de dónde me encontraba. Las primeras horas transcurrieron como de costumbre. Entre bañarme, vestirme, peinarme, comerme una clara de huevo cruda en ayunas, darle su bocado al gato y tomar valor para abandonar la cama (no en ese orden, necesariamente) se me fue el tiempo. Cuando empecé a ordenar mi mochila para irme al consulado y luego a mi examen, noté su ausencia. No traía lentes.

Muy bien, solo era cuestión de ir hasta la cajita que está junto a mi cama y sacarlos. Mmmh, no están ahí, entonces están en el primer cajón del mueble. Nada. Ah, quizá los dejé en el baño. No, ahí tampoco. Sobre la computadora, junto a mi libro, detrás de la grabadora, en el brazo del sillón, en la mesa de la sala, en el atril, en la bolsa de papeles, debajo de ese montón de ropa sucia. Nada. No estaban. En honor a algunas travesuras infantiles de mi hermano y ante los pobres resultados de mis búsquedas previas, busqué hasta en el refri.

La gente que usa lentes sabe que muchos de estos episodios se resuelven caminando frente a un espejo (y notando, con no poca vergüenza, que uno los trae puestos), pero despúes de 20 minutos de búsqueda infructuosa empecé a desesperar. Decidí ponerme algo de orden y empecé por delimitar el problema. Primero en el tiempo: mis amigos confirmaron que anoche los traía puestos. Despúes, en el espacio: anoche no salí para nada, así que deben estar en mi casa. Ergo: a poner todo de cabeza hasta que aparezcan.

Ahora tengo junto a mí una pluma roja, una moneda de 5 pesos, la receta de la lasaña, montones de pelusa y el departamento hecho un desastre. De los lentes, ni sus luces. En este momento, decidida a tomar un descanso, se me ocurren un par de maneras de atacar el problema con más método.
  • A lo Bolsano-Weistrass. Como mi departamento es cerrado y acotado, trazaré una línea entre el piso de arriba y el piso de abajo (por sencillez y sin pérdida de generalidad no tomaremos en cuenta las escaleras). Los lentes tienen que estar en alguno de los dos pisos. A ese piso lo dividiré con una línea paralela a Reforma. Los lentes tienen que estar en alguna de las dos partes. A esa parte la dividiré con una línea paralela a Matamoros. Los lentes tienen que estar en alguna de las dos partes. Nuevamente, trazaré una línea paralela a Reforma y así seguiré con la plena seguridad de convergir a mis lentes.

  • Geométricamente. Haré una inversión de mi departamento tomando como centro un punto dentro de la cajita donde anoche debí haber puesto mis lentes. Espero que los vecinos no se quejen.
No me siento optimista. Sobre todo si consideramos que los lentes son un objeto cuya pérdida obstaculiza su propia búsqueda. Lo cierto es que por primera vez en 15 años he andado todo el día sin lentes en contra de mi voluntad.

Si me encuentran en la calle en estos días y no los saludo, no se ofendan. En mi condición de topo me limito a sonreirle tímidamente a la gente hasta tenerla a una distancia suficientemente corta como para saber siquiera hacia donde están mirando (50 centímetros, aproximadamente). Si necesito una distancia menor, tampoco me reclamen. No es que su rostro sea demasiado difuso para reconocerlo. Es que quizá me esté agradando demasiado y necesite verlo con más detenimiento.

Update: Ya los encontré. A la mañana siguiente tuve un arranque de inspiración zen y saliendo de la cama me fui derechito al sillón y los encontré casi con los ojos cerrados (que, dado mi astigmatismo, era casi lo mismo que tenerlos abiertos).

martes, diciembre 05, 2006

Uno menos en la lista de pendientes

Ya tengo la visa peruana. La obtuve por 30 soles (360 pesos) 2 horas de espera y una sonrisa al cónsul.

Ni pío dijo.

lunes, diciembre 04, 2006

La navidad pasó

No veré a mi familia hasta dentro de 68 días. Cenamos pierna al horno, abrimos regalos, nos quedamos en silencio. Me despedí como si fuera a volver para vacaciones.

El paisaje esta mañana fue hermoso. Bancos de niebla, nubes bajas, grandes llanuras con discretas montañas al fondo. El Cofre de Perote, el Pico de Orizaba, el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl son blancos. He hecho este viaje mil veces y siempre me sorprende ese lago que está a medio camino.

Ahora hace demasiado frío y no hay luz. Abajo está mi caballete nuevo y mis discos ya no se escuchan. Mis amigos vendrán a cenar y nos reiremos.

Despúes volverá el silencio.